Fincas familiares lideran el camino hacia la sostenibilidad

Impulsando la agricultura ecológica, el Proyecto La Fuente transforma métodos y vidas, destacando la historia de La Vainilla, una finca familiar que fusiona tradición y sostenibilidad.

Autora: Belén Vega @belenvegac_

Estudiante de Periodismo de la Universidad Casa Grande

Cortesía.

Atardecer en la Finca La Vainilla, ubicada en la comunidad Jerusalén, Pedro Carbo, Guayas

El  Proyecto La Fuente está supervisando la transición de 10 fincas de agricultura convencional a ecológica. Según Carmen Guzñay, ingeniera agrónoma y consultora del proyecto, esta transición no solo cambia métodos, sino vidas. Entre estas fincas en transición, destaca La Vainilla, ubicada en el recinto Jerusalén del cantón Pedro Carbo en la provincia del Guayas y que es la “joya” de la familia Ortiz, dado que ha sido un legado familiar.

En su extensión por sus 10 hectáreas, productos como mandarinas, naranjas, limones y cacao crecen bajo el cuidado de un sistema agroforestal: toda la finca se gestiona con principios agroecológicos, fusionando tradición y sostenibilidad. Pero La Vainilla también atesora una historia emotiva tejida por el amor de Shirley Ortiz -su actual dueña- por la tierra.

Desde niña, Shirley acompañaba a su abuelo en las labores del campo, aprendiendo y cultivando un vínculo especial con cada planta y producto. Esta tradición continuó con su padre hasta que, hace 17 años, él falleció. Hoy, Shirley, junto a su madre y sus 3 hermanos, sigue cuidando de la finca, honrando su legado familiar mientras adoptan nuevas prácticas sostenibles.

EL AMANECER EN LA VAINILLA

Agradecida por un nuevo amanecer, cada día Shirley despierta con el aroma fresco del campo mientras se prepara para un día prometedor. El desayuno familiar es sagrado, pues es un momento para compartir y fortalecer la unión que sustenta La Vainilla.

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Shirley junto a uno de los seis trabajadores de la finca La Vainilla, de los cuales cuatro son miembros de la familia Ortiz.

Luego, Shirley y su familia se adentran en las labores diarias que implican: desde trasplantar plántulas hasta regar cuidadosamente los cultivos establecidos. La poda meticulosa y el cuidado amoroso de las hortalizas en el huerto ocupan el día, mientras Shirley supervisa cada detalle con la sabiduría de quien conoce cada rincón de su tierra.

Para Shirley, La Vainilla no es sólo un sustento económico, sino un compromiso con la sostenibilidad y la comunidad. Además de cultivar productos de calidad, Shirley se dedica a compartir su experiencia con otros agricultores locales, fomentando prácticas agrícolas responsables y fortaleciendo la red de agricultura ecológica en la región.

PROYECTO LA FUENTE IMPULSA LA SOSTENIBILIDAD EN LA VAINILLA

En 2022, Proyecto La Fuente visitó la Finca La Vainilla con el objetivo de capacitar a la comunidad de Jerusalén y promover la sostenibilidad en cada práctica agrícola. Esta visita fue un punto de inflexión para La Vainilla, marcando un nuevo rumbo hacia un futuro más sostenible.

Las capacitaciones impartidas del Proyecto La Fuente cubrieron áreas fundamentales para el desarrollo ecológico de las fincas. Una de las áreas de enfoque fue la conservación de las fuentes hídricas, que permitió a la comunidad conocer más sobre la importancia de reforestar en lugar de talar árboles para así mantener el agua cerca de la superficie y evitar la contaminación de esteros y arroyos.

Además, se enseñó a elaborar bioinsumos. Los asistentes aprendieron a crear insumos naturales, reduciendo así la dependencia de productos químicos y adoptando prácticas agrícolas más ecológicas. Esta habilidad mejoró significativamente la salud del suelo y promovió un entorno más saludable para los cultivos y la comunidad.

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Miembros del Proyecto La Fuente con Shirley, su madre y hermanos durante su visita en 2022.

El manejo del suelo fue otro tema crucial. Los agricultores fueron instruidos sobre cómo evitar la quema de residuos y compostar todo lo que se considere desecho.

La implementación de estos conocimientos transformó a La Vainilla. La familia Ortiz, liderada por Shirley, aplicó estas prácticas y la finca se convirtió en un modelo a seguir para el resto de la comunidad. Shirley y su familia ahora son embajadores del Proyecto La Fuente, transmitiendo sus conocimientos y promoviendo las prácticas sostenibles en Jerusalén.

No obstante, este compromiso con la sostenibilidad también ha presentado desafíos; uno de ellos, la llegada hacia todos los miembros de la comunidad. No todos comparten la idea de migrar hacia un modelo de gestión sostenible, principalmente porque ya cuentan con un modelo tradicional que ha sido impartido puertas adentro, desde el mismo núcleo familiar.

Pero precisamente por eso, el caso de la familia Ortíz es una referencia. Y, como su líder, Shirley trabaja activamente para que su ejemplo inspire a otros a seguir el mismo camino.

ALIADOS DE LA SOSTENIBILIDAD

La historia de la familia Ortiz en La Vainilla encuentra un reflejo en la experiencia de Fernando Martinez y su familia en Pedro Carbo. Desde 2021, Fernando ha trabajado junto a Proyecto La Fuente, transformando su finca con un enfoque sostenible similar al adoptado por Shirley.

Inspirados por las mismas capacitaciones, Fernando y su familia han construido un huerto 100% orgánico y reducido el uso de productos químicos en un 90%. Para Fernando, “el uso de tantos químicos destruye al planeta y no es sano para el ser humano”. Las técnicas enseñadas por La Fuente han sido fundamentales para este cambio.

Una de las técnicas más importantes que aprendieron fue que los cultivos crezcan a su propio ritmo sin forzarlos con químicos, incluso cuando la lluvia es irregular. Esta práctica, junto con otras enseñanzas de La Fuente, da indicios a un movimiento comunitario hacia un futuro más responsable.                                                                                                                                                              

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La finca de la familia Ortiz cultiva mandarinas, naranjas, limones y cacao.

La historia de Fernando y Shirley muestran cómo la implementación de prácticas sostenibles puede transformar no solo una finca, sino también una comunidad entera. Su experiencia refuerza la importancia de la educación y el apoyo comunitario en la transición hacia la agricultura ecológica.

EL LEGADO DE LA VAINILLA

El legado de sostenibilidad en La Vainilla va más allá de la comunidad e incluso de la misma Shirley Ortiz. Trae consigo una visión a futuro. Actualmente, una de sus hijas, quien padece de discapacidad auditiva, la ayuda diariamente en la finca y tiene una conexión profunda con ella.

Juntas, madre e hija colaboran en las labores diarias, cultivando no sólo alimentos, sino también valores de respeto por la tierra y compromiso con la sostenibilidad. La participación activa de la niña representa el futuro del legado familiar en La Vainilla, asegurando que los principios de sostenibilidad y cuidado ambiental perduren en las generaciones venideras.

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La hija menor de Shirley es la única de sus hijos que participa activamente en las labores de la finca La Vainilla.

FORJANDO UN FUTURO SOSTENIBLE

La finca La Vainilla, ubicada en Jerusalén, Pedro Carbo, se perfila como un modelo de sostenibilidad y educación comunitaria. Shirley Ortiz y su familia, comprometidos con las prácticas agrícolas sostenibles, no solo preservan un legado familiar, sino que también promueven el cambio en la comunidad.

Gracias al apoyo y la capacitación del programa educativo de La Fuente, dedicado a fomentar prácticas agrícolas sostenibles, los agricultores locales encuentran en La Vainilla un espacio para innovar y mejorar sus métodos. Este esfuerzo colectivo no solo revitaliza la tierra, sino que también genera esperanza y prosperidad para las generaciones futuras.

La Vainilla no solo produce alimentos, sino que también trabaja para construir un futuro más sostenible para la comunidad. Cada semilla plantada y cada lección aprendida en esta finca de Pedro Carbo contribuyen a una agricultura más responsable.

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